España es uno de los países que más está creciendo empresarialmente en la actualidad dentro de la Unión Europea. Este crecimiento en mayor medida se debe al crecimiento de su economía sin embargo, es uno de los países donde reinan mayormente las pymes. Este fenómeno es conocido como el síndrome de Peter Pan, dónde se considera que las empresas españolas no quieren crecer.
El 55% de las empresas españolas no tienen empleados y el 20% no sobrepasa los dos años de vida. Los especialistas alertan sobre la necesidad de que las sociedades tengan más facilidad para ganar tamaño. Solo un 0,05% de las empresas españolas son grandes empresas, que cuentan con más de 500 empleados. Puesto que España es un país de pymes, esta situación ha favorecido el incremento en la contratación de servicios externos como la domiciliación social integral de empresas, puesto que muchas de ellas no pueden o no requieren disponer de su propio espacio físico.
En 2015 se registró un crecimiento neto en referencia al número de empresas, este dato puede parecer positivo pero el problema tiene una base estructural, ya que los costes para crear y organizar un empresa de mayor tamaño son más altos, y los empresarios no quieren o no pueden arriesgar con un incremento de costes como sería disponer de una oficina en Barcelona o Madrid.
Tener empresas con complejo de peter Pan, que no quieren crecer ni perdurar en el tiempo, acaba siendo un problema para las empresas mismas y para la economía de todo el país.
Afectando al nivel de productividad y eficiencia, puesto que una empresa más grande siempre es más productiva, acceden de manera más fácil a exportaciones, como a obtener financiaciones y además presentan mayores tasas de actividad innovadora.
Como la perspectiva empresarial no parece que vaya a cambiar y en España seguiremos teniendo una mayor presencia de pymes frente a multinacionales, existen pequeñas acciones que podemos hacer para reducir costes innecesarios de las empresas que necesiten disponer de una oficina en Barcelona.
Una tendencia muy popular es la domiciliación de empresas, puesto que hay pymes que prescinden de tener una oficina física y de esta manera ahorran en alquiler y gastos. Con este servicio la empresa pasa a tener domicilio fiscal o social sin necesidad de tener un espacio físico propio. Además las domiciliaciones empresariales están siempre ligadas a un centro de negocios, como Comfort Business Barcelona, un business center con una excelente ubicación y con todas las prestaciones que una oficina profesional pueda necesitar.
Otra tendencia necesaria es la colaboración entre diferentes empresas para poder crear sinergias y llevar a cabo proyectos más grandes, ambiciosos y con salida internacional. En España, por miedo a perder el control de las acciones, existe un rechazo a trabajar con terceros que debe acabar antes o después.
Las empresas familiares deben informarse y asesorarse para llevar a cabo una gestión profesional y exitosa. Las empresas familiares normalmente acostumbran a tener un buen producto o servicio pero poco conocimiento sobre la estructura y la gestión empresarial.
Todas estas prácticas ayudan a la supervivencia y creación de pymes, pero tal y como hemos citado anteriormente el problema principal es estructural en torno a las regulaciones empresariales xistentes actualmente en España.