Ciertamente, podemos decir que hay personas que poseen un grado innato de creatividad, pero también es verdad que la creatividad no siempre es un “don”, sino que es una habilidad. La Real Academia Española (RAE) define habilidad como la “capacidad y disposición para algo”. Sabemos que existen inspiraciones que vienen sin más, pero de la misma forma “natural” que aparecen, pueden no venir cuando más las necesitamos. Esto se debe a que el pensamiento creativo demanda a nuestra mente un proceso distinto al pensamiento habitual, pues según científicos que estudian la neurociencia, creen (sin disponer hasta la fecha de una respuesta capaz de explicarla) que la creatividad solicita vías neuronales y emociones de grado complejo. Paradójicamente no existen patrones que determinen los tipos de personalidad creativa, dado que éstos poseen una gran tendencia a evitar los hábitos o rutinas. Lo que sí se puede mencionar, es que este tipo de personalidad aglutina multitud de rasgos, comportamientos y una mezcla de influencias sociales en una misma persona. El especialista y psicólogo de la Universidad de Nueva York, el doctor Scott Barry Kaufman comenta que: “A la gente creativa le resulta difícil conocerse a sí misma, puesto que el yo creativo es más complejo que el yo no creativo”. Sin embargo, aunque no exista una definición exacta de lo que es una persona creativa, a continuación ofrecemos ciertas prácticas que nos ayudarán a desarrollar esos rasgos y actitudes para potenciar nuestra creatividad.
1. Soñar despierto Permitir que nuestra mente vuele y merodee libremente, no es en absoluto una pérdida de tiempo, aunque así nos lo hayan dicho siempre nuestros padres, pues según los psicólogos Rebecca L. Mcmilan y Scott Barry Kaufman, coautores del artículo Ode To Positive Constructive Daydreaming (es nuestra lengua: Oda a lo positivo y constructivo de soñar despierto), practicar esta acción contribuye a un proceso de creatividad. 2. Hay que observarlo todo Los creativos son personas que observan todo, pues están pendientes de todo, porque ven posibilidades en cualquier lugar y recogen información constantemente. 3. Huyen del típico horario de trabajo Con independencia del horario que puedan realizar, el denominador común es que ellos conocen cuando rinden más, sin importar si es por la mañana, noche o, incluso de madrugada. Hay quienes como Frank Lloyd Wright, uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX, indica que “Me duermo inmediatamente cuando me acuesto en la cama, pero sobre las 4 a.m. me despierto y ya no me puedo dormir. Aprovecho para levantarme, y como mi mente está clara, trabajo entre 3 y 4 horas. Entonces, regreso a la cama para continuar durmiendo”. Por tanto, podemos observar que las personas altamente creativas conocen perfectamente a qué hora del día tienen la mente más despierta para trabajar. 4. Nuevas experiencias Estar abiertos siempre a nuevas experiencias, sensaciones y necesitar de ellas, es otro aspecto típico de una mente creativa, ya que ampliar miras desarrolla la creatividad. Y es que, según Kaufman “estar abiertos a nuevas experiencias te lleva, la mayoría de veces, a logros más creativos”.